Se define como aborto diferido a la interrupción del embarazo, por ciertos factores como pueden ser genéticos, anatomía del útero, ciertas enfermedades y algunas infecciones.
¿Qué es el aborto diferido?
En términos simples el aborto diferido es la interrupción del embarazo, que es causado cuando el embarazo no evoluciona en la primera mitad de gestión. Básicamente el desarrollo del embrión se detiene y por ningún motivo continua.
Por otro lado debemos mencionar que este problema no ocasionar una sintomatología asociada. En este sentido, es difícil saber cuándo o porqué ocurrió. Cuando hablamos de que no presenta una sintomatología, estamos hablando de que no se presentan síntomas.
Básicamente no hay presencia de sangrado, ni dolor abdominal. Todo esto lleva a que el diagnóstico sea tardío. De hecho en varios casos se ha llegado a detectar este problema cuando se realiza una ecografía de control.
Causas de un aborto diferido

Las causas de este problema se relacionan con la ausencia de signos que permitan la correcta expulsión y sangrado para limpiar el útero. Algunos problemas como la ausencia de contracciones, dilatación y desprendimiento pueden derivar en aborto retenido o diferido.
Entre los motivos por los que puede darse este tipo de aborto están;
- Genética; En este caso el desarrollo del embrión pueden verse afectado por malformaciones cromosómicas, al igual que otras afecciones más leves.
- Anatomía del útero; En este caso hablamos de malformaciones en la estructura uterina, la cual no permite que el embrión se adhiera adecuadamente.
- Enfermedades; Las enfermedades endocrinológicas, sanguíneas o inmunológicas, al igual que otras que afecten a todo el organismo pueden provocar que el embarazo se detenga.
- Infecciones; Básicamente hablamos de patologías provocadas por algún virus o bacteria, las cuales pueden detener el desarrollo del embarazo.
Tratamientos para el aborto retenido
Como tratamiento para esta condición tenemos controlar la evacuación completa de todo el contenido dentro de la cavidad uterina. En estos casos se deben tener en cuenta procesos como la actitud expectorante, proceso quirúrgico y el tratamiento farmacológico.
Si hablamos de la actitud expectorante, se trata de esperar a que el cuerpo expulse el contenido. Para estos casos lo más recomendable es valorar nuestro estado de salud y saber si hay riesgos de infecciones.
En cuanto al tratamiento farmacológico, se trata de administrar medicamentos que favorezcan que el cuello uterino se dilate por contracciones uterinas. En el caso del proceso quirúrgico, consiste en realizar el legrado, que es una técnica de aspiración o raspado.